miércoles, 15 de junio de 2011

EL ASNO Y EL COCHINO

¿Qué nos enseña esta fábula?

EL ASNO Y EL COCHINO

Envidiando la suerte del Cochino,
un Asno maldecía su destino.
"Yo, decía, trabajo y como paja;
él come harina, berza y no trabaja:
a mí me dan de paños cada día;
a él le rascan y halagan a porfía".
Así se lamentaba de su suerte;
pero luego que advierte
que a la pocilga alguna gente avanza
en guisa de matanza,
armada de cuchillo y de caldera,
y que con maña fiera
dan al gordo cochino fin sangriento,
dijo entre sí el jumento:
Si en esto para el ocio y los regalos,
al trabajo me atengo y a los palos.

2 comentarios:

  1. A veces, uno envidia la suerte de otro viendo los lujos de que dispone, sin pararse a observar cuntos trabajos eso conlleva porque si lo supiera, seguro que preferiría su vida sin lujos pero sin tantos trabajos.

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  2. En este mundo tan injusto y cruel, hay personas que se creen que porque otras tengan lujos y ellas no es un desastre para ellas. Pero si esas personas tan mal pensadas reflexionaran algo sobre alguna otra razón, como en la lectura (la cantidad de trabajo), se darían cuenta de que al fin al cabo ellas tienen muchas más ventajas que las que son llamadas "suertudas" por ellas.

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